martes, 6 de octubre de 2015

Ruben Dario - Vesperal


Vesperal 

Ha pasado la siesta 

y la hora del Poniente se avecina, 
y hay ya frescor en esta 
costa que el sol del Trópico calcina. 
Hay un suave alentar de aura marina 
y el Occidente finge una floresta 
que una llama de púrpura ilumina. 



Sobre la arena dejan los cangrejos 
la ilegible escritura de sus huellas. 
Conchas color de rosa y de reflejos 
áureos, caracolillos y fragmentos de estrellas 
de mar forman alfombra 
sonante al paso en la armoniosa orilla. 
Y cuando Venus brilla, 
dulce, imperial amor de la divina tarde, 
creo que en la onda suena 
o son de lira, o canto de sirena. 
Y en mi alma otro lucero, como el de Venus, arde.

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